
Acción recta
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Acción recta
Cada acción es la materialización de nuestro pensamiento de nuestra emoción. Si aún no podemos controlar el pensamiento y la emoción, prestemos atención a las acciones, que a menudo revelan desequilibrios que aún no hemos identificado. Que ningún acto sea para ofender, insultar o dañar a un hermano o hermana, hago de sus actos un espejo de las enseñanzas del evangelio.
Si el enojo se acerca al momento de la acción, deténgase, respire, aléjese de la situación de fricción para volver a sí mismo, si es posible, haga una oración en silencio, buscando inspiración y fuerza. Después de tirar la piedra, el tiempo no volverá, y la herida, aunque esté curada, mostrará la cicatriz para que recuerdes tu acto. Es muy importante que entiendas que el pensamiento, la emoción y la acción están interconectados y por esta razón el buscador de la paz interior debe preocuparse por los tres.
Haz de tus acciones ejemplos de sinceridad, amor y solidaridad, ejemplificando logros interiores. No te exaltes para reforzar tus logros, porque si insistes en este error, estarás creándote una peligrosa trampa. Algunos pasan toda su vida esperando la LLAMADA, el ACONTECIMIENTO, LA VOZ. Esperando a que suene una corneta que diga: "- ¡HERMANO, es hora de actuar!". ¡Dios no grita a sus hijos! Los llama a través del suave susurro del corazón. Si buscáis las palabras de Dios para vosotros, entonces buscad en vuestro propio corazón, y allí lo encontraréis siempre amoroso y consolador.
El orgullo es una poderosa barrera para el cambio, porque hace que el espíritu sea impermeable a las sugerencias espirituales o de amistad. Aprenda a escuchar, escuche atentamente los consejos de amigos en la vanguardia espiritual o más experimentados. Reflexiona sobre todo lo que has oído, cierra los ojos y consulta tu corazón. Entiende también que la humildad es un movimiento interior de reconocimiento, primero debes entender que no eres dueño de la verdad y segundo, que aún queda mucho por aprender.
ACTÚA a favor de tu espíritu inmortal y todo te será dado.
Para la ofensa tienes la oración.
Por abandono tenéis la caridad hacia los menos afortunados.
Por debilidad moral tienes la amistad sincera.
Por enfermedad eres consciente del amor que Dios te tiene.
Para la dureza y la falsedad de los corazones humanos tenéis la paciencia de la eternidad.
Tienes todas las herramientas para vencer las dificultades, no te desanimes, no te rindas, fortalece tu alma en Cristo y sigue adelante.
Medita en tu sufrimiento y ve qué acciones puedes tomar.
¡Cree en la idea de que puedes curarte a ti mismo cambiando tus acciones hacia ti mismo y hacia los demás!
Nadie es esclavo, solo le debemos obediencia a ÉL, nuestro Padre celestial, pero la mayor parte de los días de nuestra vida desobedecemos sus humildes peticiones. Si tenéis dudas de que estáis siguiendo las leyes divinas, entonces consultad el Evangelio del Cordero, allí encontraréis el ejemplo vivo de la obediencia al Padre.
La acción correcta es pensar antes de actuar, controlar la impulsividad.
La acción correcta es vibrar con amor en todo lo que haces.
La acción correcta es mostrar en cada uno de tus actos el reflejo celestial